Ella habita en la riva de un lago de Bracciano, en un pequeño peasito de paraiso – Trevigliano – donde el verde de la finca romana cae en aguas placidas. Pero su vida fue un inferno: desde veinte años lucha cada dia contra el monstruo de nuestro tempo che se llama cancer. La primera vez que le vino tenia los hijos muy pequeños: un minusculo grumo de grasa, un control casi hecho por caso, y le disieron que era una carcinoma. En despues la radioterapia, los dios que cambian, el sufrimiento. Y al fin la buena noticia: el cancer fue matado. Algunos controles en los años adelantes y todo paresia listo. Pero la enfermedad quiso volver, en manera mas fea. No fue un pejoramento, tampoco una metastasi: era un nuevo camino que la patologia empezò en ella.
Aun, ella fue capaz de transformar tanto sufrimiento con el bien. “ Me di cuenta – dijo Juliana De Carlo, 60 años y tres hijos, dos nietos, un esposo cariño y muchas amigas, como cuenta ella misma – que el sufrimiento mas grande no era el cancer si no lo que sucedeva en nosotros y en la jente a nos cerca.
He visto mujeres esconderse, casi umiliadas por la enfermedad que les tocò; las he vistas enserrarse en la casa y dejarse morir que, en cambio, està llena de cosas maravillosas de hacer tambien cuando se lucha una batalla asì dificil. Tambien he visto amigos desaparecer, no llamar mas porquè no sabia que decir… He vivido sobre mi piel la solitud, sin relaciones se muere ante del tiempo”. Un golpe para todos los quien se encuentran solo cuando todo esta bien, y son muchos… “ Pensando en esto me hize fuerza y no solo salì a fuera, tambien enventè una asociazion donde las mujeres que vivian mi misma enfermedad puedan hablar, dialogar y confrontarse…”.
Juliana hizo mas: ajudò sus amigas a no portarse mas como victimas, a salir desde la noche de l’alma en la que se escondian para esperar que nadie las vieran. Le vino una idea muy moderna: de hacer un almanache. Demonstrò por medio de esto, la dignidad de la feminilidad que se puede mostrar orgullosamente y que espeso se encuentra solo en las mujeres.
“Fue una esperienza maravillosa – cuenta – porquè hemo demonstrado que se puede ser felizes aun en el sufrimiento. Y mas emportante fue el hecho que varias mujeres tomaron animo despues de ver el almanaque y se cercarono. Claro, llegaron con el miedo de hablar, desorientadas, pero con la sonrisa. Llegar a que ellas levanten la cabeza es lo que querelo”. Juliana no es ipocrita cuando cuenta su historia: “ En los almanaques encontramos a vezes rostros de sus amigas que morieron. Asì es la vida, no podimos hacer nada. Pero al fin es asì por todos…”
El obejetivo es mejorar sus vidas, sobre todo por el lado psicologico: no seguir lo que la sociedad quiere proponer, en un mundo donde se escapa del sufrimiento, y donde quien esta en el dolor se queda fuera. Juliana, con sus problemas, hizo todo esto por medio de una asociazion “ Un lago de mujeres”, esta tambien en face book, por hacerce conocer y ajudar. Falta solo darle la mano para no quedar solas..
Traduzione sr Socorro